
05 Jul La importancia de algunos instrumentos de medición en el mantenimiento de nuestro jardín
Los espacios verdes son sistemas complejos y dinámicos que están cambiando permanentemente en función de variables naturales y humanas. En estos espacios la interacción de los sistemas suelo, planta y atmósfera es permanente. Lo que nosotros percibimos es el resultado de esta interacción. Teniendo en cuenta que las condiciones de la atmósfera en un espacio suelen ser estables y predecibles (la composición del aire, la cantidad y calidad de la luz solar), generalmente los profesionales dicen que la planta que vemos es un reflejo del suelo donde se la cultiva. Si vemos que la planta está sana y vigorosa podemos afirmar que el suelo tiene las condiciones necesarias para que se vea así. En cambio cuando vemos que una planta carece de vigor o luce desmejorada, luego de constatar que ninguna práctica cultural la afecte directamente tenemos que observar el suelo, que probablemente nos dé la respuesta que estamos buscando.
Los suelos tienen propiedades físicas y químicas que los identifican.
Propiedades físicas: la textura y estructura con la interpretación a simple vista, para los fines prácticos de un jardín, son suficientes. La textura indica la proporción de arcillas, limos, arenas y rocas que tiene un suelo, mientras que la estructura nos indica la forma en la que se disponen las partículas. Con un poco de práctica, al hacer un pozo podemos identificar estas proporciones e identificar si existen problemas relacionados con estas características que de hecho son los más comunes: compactación, saturación de agua, carencia de estructura.
- Las propiedades químicas: no pueden ser identificadas a simple vista y son necesarios instrumentos de medición para medirlas. Las investigaciones y la práctica muchas veces nos permiten inferir resultados, pero aún así necesitamos confirmarlos con datos certeros.
Las propiedades químicas más importantes del suelo son:
El ph (acidez, alcalinidad)
- La capacidad de intercambio catiónico (la capacidad que tiene el suelo de retener y liberar nutrientes al medio)
- El porcentaje de materia orgánica
- Las proporciones de nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas.
Estas propiedades pueden cambiar en el corto plazo debido a factores naturales o humanos: lluvias excesivas, aplicación en demasía de fertilizantes, sequías prolongadas, calidad del agua de riego y el labrado de la tierra entre otras tantas.
En los sistemas productivos ya sea cuando se analiza la rentabilidad potencial de un lote o una problemática a gran escala en un cultivo se suele encomendar a laboratorios especializados estudios de suelos, pero en el ámbito de los jardines esto no es necesario y los profesionales pueden llegar a conclusiones satisfactorias con datos obtenidos a partir de mediciones tomadas en el momento.
Generalmente la variable más importante es el ph del suelo. Definir el nivel de acidez o alcalinidad permite inferir que nutrientes están disponibles para las plantas y en función de ello que acciones se deben realizar para acomodar estos niveles.
Otra variable muy importante es la salinidad del agua de riego indicada por la conductividad eléctrica. Si regamos las plantas con aguas con altos valores de salinidad podemos alterar el ph del suelo. El tiempo que esto demande dependerá de las propiedades físicas del mismo.
En la actualidad está disponible en el mercado un producto de la empresa LaMotte que consiste en un Kit de análisis de suelos para aficionados. El mismo resulta muy práctico no solo para aficionados sino también para profesionales y sirve para medir pH y cantidad de Nitrógeno, Fósforo y Potasio disponibles para las plantas. Su nombre es Soil Check Now y podes acceder a más información siguiendo este enlace.