
04 May Las plantas bulbosas
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Las plantas bulbosas se destacan por su fácil cultivo y hermosas flores que aportan al jardín notas de color originales y atractivas. Cuanto más cultivemos este tipo de plantas, más las conoceremos y más podremos jugar con ellas para hacer de nuestro jardín un lugar especial.
¿De qué esta
mos hablando?
Denominamos así a las plantas que se caracterizan por tener órganos de reserva de energía y nutrientes de gran tamaño y de los cuáles pueden crecer nuevos ejemplares. Estos órganos pueden ser raíces: bulbos o rizomas; o bien tallos subterráneos denominados tubérculos. Estas características se corresponden con la adaptación a condiciones climáticas particulares: fríos o calores extremos y largos períodos de sequía. Es por eso que los cuidados que estas plantas demandan una vez plantadas -en un lugar donde tengan las horas de sol necesarias- generalmente son muy pocos.
Son plantas que viven muchos años, pero su ciclo de vida es anual. Todos los años desarrollan hojas nuevas, florecen, fructifican, liberan semillas y luego todos sus tejidos aéreos se mueren volviendo a comenzar al año siguiente.
Las plantas bulbosas se multiplican a través de sus semillas, pero tardan muchos años en desarrollarse y hasta que no florezcan no sabremos bien si tienen las características que deseamos. Mientras que si las multiplicamos por sus órganos de reserva, vamos a obtener ejemplares de similares características de las plantas madre.
¿Cómo y cuándo se plantan?
La época de plantación varía en función de las características individuales de cada especie, pero generalizando podrían agruparse de acuerdo con su período de mayor actividad metabólica.
Los bulbos de otoño-invierno suelen plantarse a partir del mes de abril o mayo, con la llegada de los primeros fríos. Durante junio y julio desarrollarán sus hojas y durante agosto y septiembre, con los últimos fríos del año, florecerán. Durante octubre y noviembre, a medida que se acerca el verano, sus flores se marchitarán y se desprenderán de la planta al igual que sus hojas y permanecerán en estado latente bajo tierra hasta el año siguiente.
El ciclo de los bulbos de primavera-verano es el opuesto. Suelen plantarse durante los meses de agosto y septiembre, sus hojas aparecen durante octubre y noviembre, florecen a lo largo de enero y febrero, y con la llegada de los primeros días fríos tienen a perder sus hojas y entrar en latencia hasta la primavera siguiente.
La plantación es muy sencilla. A continuación te explicamos paso a paso cómo hacerlo!
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- Definir dónde se van a plantar y la distancia de plantación entre cada bulbo (equivalente a tres veces su diámetro). La mayoría de este tipo de plantas logran su mejor desarrollo en lugares de media sombra o pleno sol.
- Con una azada o pala plana roturamos y acondicionamos la tierra a una profundidad entre 30 y 40 centímetros dejando el suelo bien aireado. Siempre es aconsejable agregar enmiendas como lombricompuesto, compost y perlita en un porcentaje del 10 al 20% del suelo preexistente para mejorar sus condiciones físicas y disponibilidad de nutrientes.
- Plantamos los bulbos siguiendo como premisa fundamental que la profundidad de plantación es igual al doble de la altura del bulbo. Por ejemplo los bulbos de jacintos suelen medir alrededor de cinco centímetros de alto y se plantan a diez centímetros de profundidad, mientras que las fresias que miden tres centímetros de alto, se plantan a seis centímetros de profundidad. Algunas especies como las anémonas y marimonias requieren que las dejemos en agua la noche anterior a la plantación para que se embeban bien. Tenemos que estar atentos a que la punta de donde sale el brote quede mirando hacia arriba.
- Cubrimos los bulbos con tierra.
- Regamos intensamente pero de forma suave tratando de no empantanar el área de intervención.
Tips de cultivo y mantenimiento
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Las plantas bulbosas se pueden cultivar en macetas sin problema.
- Esto nos permitirá moverlas hacia donde más se destaquen cuando querramos.
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Los riegos deben ser espaciados. Sólo regar intensamente el día de la plantación.
- La mayoría de las plantas bulbosas están naturalmente adaptadas a la falta de agua.
- Antes de regar corroboraremos si la tierra está seca. De no ser así, es preferible no regar ya que corremos el riesgo de pudrir el bulbo, rizoma o tubérculo.
- Generalmente en el clima pampeano, durante el invierno no es necesario regarlas ya que el régimen de precipitaciones el suficiente.
- En otras regiones del país, con inviernos más secos, tendremos que estar más atentos.
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En lugares de excesivo riego y calor durante el verano, es aconsejable retirar los bulbos para volver a plantarlos al año siguiente.
- Lo ideal es limpiarlos bien con agua, y dejarlos en un lugar oscuro, fresco y seco hasta el otoño siguiente. De no ser así podrían pudrirse, infectarse con hongos o ser comidos por insectos descomponedores.
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Una vez que estemos más familiarizados con su cultivo, podremos animarnos a plantarlas en canteros mixtos junto con otras plantas anuales y perennes.
- En este caso tenemos que estar atentos a no confundirlas con malezas y no cometer el error de sacarlas antes de que florezcan.